TÍTULO:
“Cómo proporcionarles destrezas a nuestros hijos, imprescindibles para toda la
vida”
Por educar a un niño o a una niña entendemos,
enseñarle a que aprenda a interiorizar el “no”, y sea capaz de frenar la
impulsividad propia de esta etapa favoreciendo la reflexión. Es el
entendimiento de las normas sociales y de los sentimientos propios y ajenos, lo
que favorece que el niño se autocontrole, no por miedo a un castigo, sino por
sentirse bien consigo mismo.
La dificultad estriba en que el niño siente y piensa
las cosas de manera muy diferente a cómo lo hace un adulto y su psiquismo es
muy primario aún como para entender muchas cosas que le afectan: la necesidad
de separarse de sus papás, de tener hábitos saludables, de respetar al otro, de
hacer cosas que no le apetecen…
Por lo que, en la etapa de infantil, no se trata ni
de estar todo el día dando órdenes de lo que tienen que hacer, ni dejar
hacerles lo que les dé la gana. Entre estas dos posturas extremas hay muchas
alternativas, pues, si nos ponemos excesivamente normativos con los niños,
estos se sienten sometidos siempre a la voluntad de otros y poco valiosos
creyéndose no hacen nada bien, pudiendo desarrollar personalidades sumisas e
inseguras, con predominio de desmotivación y desidia. Por el contrario si les
dejamos sin control alguno, no van a renunciar por sí solos a hacer siempre su
voluntad, desarrollando personalidades dependientes, inmaduras, infelices y transgresoras
con la ley.
Para que los niños vayan imponiéndose cierto límite
interno, necesitan de la presencia benévola de un adulto que les vaya frenando
en la realidad, conduciéndolos a conductas adecuadas sin que les supongan un
esfuerzo desmesurado. Para ello algunas sugerencias son:
-
Cuidar mucho el vínculo con
los niños, adaptándonos en algunos momentos a su ritmo, sus juegos y sus
intereses.
-
Alternar a lo largo del día
momentos más normativos, con otros lúdicos y placenteros, para que las
renuncias no sean constantes.
-
Pensar en relación a nuestro
hijo, qué cosas hay que ir ayudándole a mejorar y cómo vamos a lograrlo,
marcándonos objetivos concretos y concediéndonos un tiempo prudente para ello.
-
Enseñarle a contenerse a los
niños a través del pensamiento, dándole frases cortas que puedan interiorizar y
le ayuden a comprender las situaciones que le afectan: “pegar duele”, “te
portas mal porque estás aburrido, puedes jugar a…”, “me gustan los niños
alegres”, “vamos a pensar en cosas bonitas para poder dormir”, “No puedes hacer
esto, pero cuando tengas 6 años sí”…
-
Mostrarle alternativas a las
conductas desajustadas: “en vez de pegar pregúntale si quiere jugar contigo al
balón”, “lloras porque tienes sueño, vámonos a tu habitación y te cuento un
cuento”, “si me ayudas a ordenar tendremos más tiempo para jugar a otra cosa”…
Es
para los padres un momento de mucha implicación, pues en la educación los
atajos no son gratis, e interfieren en lo emocional, pero el esfuerzo merece la
pena. El método de los cinco pasos puede guiarnos en algunos momentos.
MÉTODO DE LOS CINCO
PASOS.
Paso
|
Ejemplo
|
|
1
|
Observar
al niño, sin juzgar
|
Cuales
son sus puntos fuertes, que cosas le hacen sufrir, que cosas se puede
mejorar…
|
2
|
Pensar
los aspectos a trabajar.
|
Aumentar
la autonomía, aprender a ordenar, dormir mejor, comer mejor, jugar mejor, menos
enfados, comenzar a resolver conflictos, desarrollar la conciencia emocional,
la empatía, aumentar sus intereses…
|
3
|
Marcarse
un sólo objetivo en cada momento, posponer los demás.
|
Objetivo:
“Que aprenda a vestirse sólo”.
|
4
|
TRANSICIONALIDAD:
Trazar
muchos pasos intermedios entre la conducta real y la conducta que se quiere
alcanzar
|
-
Hablarle de lo bueno que sería que se vistiera sólo.
-
Vestirlo pero que ayude en lo que pueda.
-
Que empiece a vestirse sólo pero le ayudamos en las dificultades que se
encuentre: calcetines, botones, cremalleras…
-
Que se vista sólo en nuestra presencia.
-
Le dejamos la ropa preparada para que se vista sólo y nos avise cuando haya
acabado.
|
5
|
Mantener
los resultados y generalizarlos a otras situaciones.
|
“Que
bien que ya te vistes sólo”.
“Cuando
duermas en casa de los abuelos ya te puedes vestir tú sólo”.
Si
un día está más triste o cansadito ayudarlo en algo concreto, acompañarlo un
ratito...
|
Por
último, recordamos que formamos parte de una institución educativa, y que la
colaboración mutua repercutirá favorablemente en todos sus miembros. Para
pensar sobre ello, aconsejamos ver el cuento “Por cuatro esquinitas de nada”:
http://www.youtube.com/watch?v=DBjka_zQBdQ
No hay comentarios:
Publicar un comentario